domingo, 29 de septiembre de 2013

SOY PAN, SOY PAZ, SOY MÁS...de Piero


Soy pan, soy paz, soy más

(Piero)
Yo soy, yo soy, yo soy
Soy agua, playa, cielo, casa blanca
Soy mar Atlántico, viento y América
Soy un montón de cosas santas
Mezcladas con cosas humanas
¿Cómo te explico? cosas mundanas.

Fui niño, cuna, teta, techo, manta
Más miedo, cuco, grito, llanto, raza
Después mezclaron las palabras
O se escapaban las miradas
Algo pasó, no entendí nada.

Vamos, decíme, contáme
Todo lo que a vos te está pasando ahora
Porque si no, cuando está tu alma sola llora
Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
Nadie quiere que adentro algo se muera
Hablar mirándose a los ojos
Sacar lo que se pueda afuera
Para que adentro nazcan cosas nuevas.

Soy pan, soy paz, soy más
Soy la que está por acá
No quiero más de lo que puedas dar
Hoy se te da, hoy se te quita
Igual que con la margarita
Igual al mar, igual la vida.

sábado, 14 de septiembre de 2013

FILOMENA ROJAS de Jorge Beyghau




Filomena Rojas (chacarera)

Allá por Elcano
conocí a la Filomena;
moza chura en otros tiempos,
flor de sol y greda.

¡Si hay que ver sus ojos
pa sentir la primavera!;
cerros, montes y mallines
saben quién es ella.

Las mieles se amargan
cuando brota su sonrisa:
Como el sol que nos abriga
su luz ilumina.

ESTRIBILLO

Filomena Rojas
anda ya por los noventa.
¡Vaya, mi alma, para honrarla
con la chacarera!.

Fue de un solo hombre
y allá por “mil nueve cincuenta”
su alma se quedó solita
lavando las penas.

Cuenta cinco hijos
que apuntalan su firmeza...
y hay ¡tanto coraje vivo
en sus manos tiernas!!.

Yo la he visto alegre
como al monte en la mañana,
sin quejarse del destino
aunque duela el alma.

LA PALOMITA de Jorge Beyghau




La Palomita (canción)

Letra , Música,Arreglos, instrumentación, edicion: Jorge Beyghau.-



¡Ay!, mi palomita
que no sabe cómo hacer
para alzarse en vuelo
sin sufrir algún revés.

Piensa que mañana
será el día para hacer...
Va pasando el tiempo
y con su paso pierde fe.

Es tan pequeñita
y tan frágil que no sé
si veré sus alas
agitarse alguna vez.

ESTRIBILLO

Sueño con colores,
plumas, viento, cielo, sed;
nubes, sol y luna,
trinos al amanecer...
...Y en esa ramita
tiembla, sin querer.
Sabe que estoy cerca,
pero no me ve...

La estoy esperando
en el centro de su ser;
siento sus latidos
y el dolor de no saber.

Ella no me escucha
porque existe una pared:
Sombra sobre sombra
y en el medio el ayer.

                                     Jorge Beyghau 

                                                                   músico, cantautor argentino

La música fue, desde mis primeros años, la marca indeleble que llevaba en el espíritu. Desde muy pequeño comencé a cantar y desde que tengo recuerdos escuché música de forma permanente. A los 10 años ya cantaba en coros y un año después comencé a tocar guitarra. Impulsado por el amor a la música nativa argentina, dí los primeros pasos en ese hermoso mundo apoyado por mi tío Juan, quien además, era bailarín de Folclore.
Mis fuentes de conocimiento fueron otros músicos, a los cuales admiré y en algunos casos, sigo admirando: Atahualpa Yupanqui, fue quien dejó la huella más honda en mí, aunque nunca copié su estilo, pero sí guardé como un tesoro sus mensajes armónicos y rítmicos.

Conozco la tierra en la que habito; sus olores, colores, sonidos... y ese es el principio de todas las cosas.

Después, ya en la adolescencia, probé otros sabores, de otras latitudes y así fue que incursioné en el Rock, el Jazz y el Bossa-Nova, siendo éste último el que más influencia me dejó y al cual le agradezco los conocimientos rítmicos que me aportó.

Al llegar a los 30 años, retomé la primitiva senda de la música Folclórica Argentina, utilizando todos los otros conocimientos adquiridos en el camino para tratar de realizar algún tipo de fusión entre todos y, seguramente, algo de eso quedó en todos mis trabajos posteriores.

Aprendí a tocar el Bombo, instrumento simple y maravilloso, y también el Charango, que es otro de los instrumentos que identifican a la música de estas latitudes.

Comencé a notar que entre tantas cosas, necesitaba aprender a escribir música en partituras, debido a las limitaciones que me generaban los sistemas de grabación para registrar mis obras o arreglos. Con este aprendizaje vino a mí otro mundo nuevo, la cibernética y todos sus maravillosas posibilidades.

Hoy, casi llegando a los 50, me desenvuelvo con soltura en ese aspecto y eso es muy importante para la tarea que estoy realizando. Ya hace más de 15 años que aprendí a manejar mi primera PC y a su vez, los programas propios de los compositores: Encore (al principio) y en la actualidad, Sibelius, que es la herramienta con la que genero todas las parituras de mis arreglos y a su vez, utilizo los archivos MIDI para que se logren los mejores sonidos de instrumentos virtuales.

http://chichobey.blogspot.com/


lunes, 9 de septiembre de 2013

PUEBLERO DE ALLÁ ITÉ de Pocho Roch



 PUEBLERO DE ALLÁ ITÉ
de Pocho Roch
(Corrientes)


 De Allá Ité
 Donde la noche poriajú no tiene penas
 Porque se enciende un chamamé en cada estrella
 Pueblero de Allá Ité

 De Allá Ité Calles de tierra,
 tacuaral y enredadera
 Los conumin juegan la chanta en la vereda
 Pueblero de Allá Ité

 De Allá Ité
 Donde la infancia ibá aprendiendo de tu gente
 Su sencillez y el saludo igual de siempre
 Pueblero de Allá Ité

 De Allá Ité
 Donde la tarde se recuesta en las palmeras
 Para morirse a caahata y naranjalera
 Descalza por el arenal

 De Allá Ité
 Donde el invierno tiene un frio de lapachos
 Acá aún el verano se retuerce de espinillos
 De caña y de sapucay




BIOGRAFIA del autor (extraída de Fundación memoria del Chamamé)


Autor, Compositor, Guitarrista, Historiador e Investigador del folclore Correntino, Gonzalo del Corazón del Jesús Roch nació en la ciudad de Itatí, Provincia de Corrientes el 15 de abril de 1939. Falleció el 17 de setiembre de 2017


“Pocho”, como lo apodaron sus allegados, se crió durante los primeros 8 años de su vida en el campo, en el paraje Yacaraí, y allí aprendió el idioma “ava ñeé”, lo que lo llevó a interesarse por la cultura guaraní Correntina.


En 1955 a los 16 años compuso la obra “Maleta Tuichá” grabada por Daniel Toro para o sello “Music May”. Esa obra fue el primer chamamé grabado en Tokio, Japón en el año 1974.

En 1955 co-fundó la Orquestra del Colegio Nacional y el Conjunto de Ruiseñores Correntinos. En ese mismo año, integró el Conjunto de Mauricio Valenzuela en un ciclo de presentaciones en los salones bailables del Panambí y Anahí.

En el año 1957, Edita en “Río Paraná”, el chamamé “Cheretá Peguara”.

A partir de 1974 comenzó su carrera discográfica siendo contratado por sellos discográficos como: Emi Odeon, CBS Columbia y Sony Music.

Junto a Marily Morales Segovia y “Cacho” González Vedoya dieron origen al movimiento denominado ‘Canción Nueva’.

Creador de obras innovadoras dentro del chamamé incorporando instrumentos como: el órgano, el piano, el bajo, la guitarra eléctrica, la percusión y el sintetizador.

Compuso y arregló 35 “Obras Integrales” algunas como:

“Gurisada” (1971) (Pocho Roch y Marily Morales Segovia)

“Canto a la Fe”

“Nuestro Señor Hallado”

“Gente de mi Pueblo” (Pocho Roch, Cacho González Vedoya y Juan Carlos Soto)

“Corrientes de las siete Puntas”

Realizó para la UNNE el trabajo didáctico “Programa Taragui Haijú” que consistía en la composición de una música para cada ciudad de la Provincia de Corrientes donde los alumnos debían crear la letra.

Desde hace más de 30 años realiza y produce los Programas Radiales denominados: “De allá ité” y “Entre mate y mate”.

Como Autor y Compositor, creó más de 5300 obras musicales; de las cuales 150 están registradas en sellos internacionales.

Investigador e Historiador de Tradiciones de Corrientes; Historia del hombre guaraní e investigación de carácter Religioso.

Algunas de sus Obras son: Maleta tuichá, Pueblero de allá ité, Palabras a Itatí, Taipero Poriajhu, Nati campanero, Mi abuelo Catalán, Miguelito farolero, Aquel barquito de papel, Mi paraje lejos, Paraje Yacareí, Yo voy mariscando y Ladrillero de mi pago.


Actualmente realiza Charlas, Conferencias y Shows por todo el País.

ZAMBA DEL PAÑUELO de Castilla y Leguizamón


ZAMBA DEL PAÑUELO

       de Manuel J. Castlla y Gustavo Leguizamón

Si miras los largos caminos
por donde mi triste huella se fue
verás que manchó sus flores
con sangre viva mi padecer.

Si escuchas mi dulce guitarra
en ella dormida te soñarás
tu sombra será un pañuelo
sobre la zamba que ya se va.

Estribillo
Si andando, andando niña
un día mis ojos te ven pasar
el llanto que voy llorando
en los senderos florecerá.

Mi voz y la tuya perdidas
se van al olvido por el ayer,
mi pena como un pañuelo
llora en la zamba su atardecer.

Mi pena y tu lento recuerdo
porque no me quieres se quieren ya,
mi pena le da sus penas
y tu recuerdo su soledad.

Estribillo


Manuel J. Castilla nació en la casa ferroviaria de la Estación de Cerrillos (Salta), el día 14 de agosto de 1918. Realizó estudios primarios en la Escuela Zorrilla para luego estudiar el secundario en el Colegio Nacional de su provincia natal.

Se dedicó al periodismo y las letras. Es uno de los escritores fundadores del grupo "La Carpa". Además de sus colaboraciones en diarios y revistas nacionales, publicó los siguientes poemarios:


Agua de lluvia (1941), Luna Muerta (1944), La niebla y el árbol (1946), Copajira (1949,1964, 1974), La tierra de uno (1951, 1964), Norte adentro (1954), El cielo lejos (1959), Bajo las lentas nubes (1963), Amantes bajo la lluvia (1963), Posesión entre pájaros (1966), Andenes al ocaso (1967), Tres veranos (1970), El verde vuelve (1970) y Cantos del gozante (1972), Triste de la lluvia (1977), Cuatro Carnavales (1979). También publicó un texto en prosa: De solo estar (dos ediciones en 1957) y el libro Coplas de Salta (1972, con prólogo y recopilación de Castilla).

En 1957 obtuvo el Premio Regional de Poesía del Norte (trienio 1954-56, Dirección General de Cultura de la Nación), por su libro Norte adentro fue galardonado con el Premio "Juan Carlos Dávalos" para obras de imaginación en la producción literaria (trienio 1958-60, Gobierno de Salta) por el poemario El cielo lejos, y con el Premio del Fondo Nacional de las Artes (Mendoza, Trienio 1962-64) por su libro Bajo las lentas nubes. En 1967 recibió el Tercer Premio Nacional de Poesía por su obra Posesión entre pájaros. Entre otras de sus más importantes distinciones se incluyen el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1973), el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1970-72) y el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1973-75). Falleció en Salta, el 19 de julio 1980 por razones de diabetes.
En la escritura de Manuel J. Castilla convergen narración, poesía y mito. En el libro De sólo estar, la estructura prosaica y la intensidad lírica condensan la presencia de los mitos del tiempo y del carnaval. La línea de conciencia social trazada por Castilla en su producción lírica y narrativa es fundante en la literatura del NOA y posteriormente otros escritores retomarán esa problemática, como Héctor Tizón, Daniel Moyano, Francisco Zamora o Carlos Hugo Aparicio.

VIENE CLAREANDO de Atahualpa Yupanqui




VIENE CLAREANDO
de Atahualpa Yupanqui

Vidita, ya me voy
De los pagos del Tucumán.
En el Aconquija viene clareando;
Vidita, nunca te he’i de olvidar.

Vidita, triste está,
Suspirando mi corazón.
Y con el pañuelo te voy diciendo:
Paloma, vidita, adiós, adiós.

Vidita, ya me voy
Y se me hace que no he 'i volver.
¡malhaya mi suerte tanto quererte,
Vidita y tenerte que perder!
¡malhaya mi suerte tanto quererte!
Viene clareando mi padecer.

Al clarear yo me iré
A los pagos del chaquivil
Y hasta las espuelas te irán diciendo:
-vidita, no te olvides de mí.

Zamba sí, pena no;
Eso quiere mi corazón;
Pero hasta la zamba se vuelve triste,
Vidita, cuando se dice adiós.



Atahualpa Yupanqui (en quechua, el que viene de lejanas tierras para decir algo),seudónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburu1 (Juan A. de la Peña, partido de Pergamino, Argentina, 31 de enero de 1908 – Nîmes, Francia, 23 de mayo de 1992) fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino.

Se le considera el más importante músico argentino de folclore. Sus composiciones han sido cantadas por reconocidos intérpretes, como Los Tucu Tucu, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Mercedes Sosa, María Dolores Pradera, Alberto Cortez, Pedro Aznar, Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa, José Larralde, Víctor Jara, Ángel Parra, Liliana Herrero, Jairo, Andrés Calamaro, Divididos,Marie Laforêt, Mikel Laboa, Soledad Pastorutti, Federico Pecchia y Enrique Bunburyentre muchos otros, y siguen formando parte del repertorio de innumerables artistas, en Argentina y en distintas partes del mundo. En 1986 Francia lo condecoró comoCaballero de la Orden de las Artes y las Letras.


Les recomiendo visitar la pagina de la FUNDACIÓN ATAHUAPA YUPANQUI
http://www.atahualpayupanqui.org.ar/principal.html

allí encontrarán una nutrida información sobre la obra del Gran Ata.

LA POMEÑA de Castilla y Leguizamón



"LA POMEÑA"

de Gustavo Leguizamón / Manuel Castilla

Eulogia Tapia en La Poma
al aire da su ternura
Si pasa sobre la arena
iba pisando la luna

El trigo que va cortando
madura por su cintura
Mirando flores de alfalfa
sus ojos negros se azulan

El sauce de tu casa
te está llorando
porque te roban Eulogia
carnavaleando

La cara se le enharina
la sombra se le enarena
Cantando y desencantando
se le entreveran las penas

Viene en un caballo blanco
la caja en sus manos tiembla
y cuando se hunde en la noche
es una dalia morena

Gustavo Leguizamón (el Cuchi)


Nació a las once horas y cinco minutos de la mañana de un 29 de Septiembre de 1917 en la ciudad de Salta. Hijo de José María Leguizamón Todd y María Virginia Outes Tamayo. Descendiente de Dña. Martina Silva de Gurruchaga, criolla de hacha y tiza que peleó en la Batalla de Salta, considerada heroína de la Independencia.

Hijo de un contador fanático de la ópera y de una mujer que heredó la costumbre de silbarles a los pájaros para que la siguieran, Gustavo Leguizamón es un arquetipo al que reverenciaron los ricos y los pobres, la izquierda y la derecha, el apetito y las ganas de comer. Pero, ¿cuál fue el secreto de esta magia? La respuesta, acaso se pueda rastrear en su propia historia.

Tenía meses apenas y a su madre le preocupaba su delgadez. Fue en esa época que a Doña María Virginia le ofrecieron unos chanchos para ver si podía comprarlos. "¡Pero están flacos como este cuchi!", dijo mirando a su hijo. En ese instante Leguizamón quedó rebautizado: desde entonces y para todos sería El Cuchi, vocablo que en quechua quiere decir precisamente chancho o cerdo, pero al que en Salta se le otorga un significado no peyorativo sino simpáticamente cómplice.
Como padecía de sarampión, a los dos años su padre le regaló una quena, con lo cual lo hizo
musiquero antes casi de que aprendiera a hablar. Su familia cuenta que pronto le arrancaba al instrumento EL BARBERO DE SEVILLA casi íntegro. Después, siempre de oído, la emprendería con la guitarra y el bombo, hasta que acabó en el piano.

Cuando tenía veinte años y debía resolver su futuro, ya era músico. Le comunicó a su padre que iba a estudiar Derecho, y el hombre se encrespó. Su idea era que fuera a París para perfeccionarse. El le giraría la mensualidad. El Cuchi, que se deleitaba con tener una historia al revés de los convencionalismos, no hizo caso y marchó a La Plata, donde en 1945 obtuvo el título de abogado.

No olvidaría jamás aquella estudiantina que lo llevaba a Buenos Aires a recalar en El Olimpo, un tugurio del Bajo donde se jugaba ajedrez. Allí conoció a Witold Gombrowicz, al que descubrió con unos botines rotosos pero inmensos. "El único que puede tener patas de ese tamaño -maquinó- es Ariel Ramírez". Y acertó, porque Ramírez le había regalado los zapatos al polaco. Cantó con el coro universitario, jugó rugby y después fue profesor de historia y filosofía, Diputado Provincial y ejerció durante treinta años la abogacía, hasta que decidió dejarla, porque "Estoy harto de vivir en la discordia humana. Me produce una gran satisfacción ver una vieja en el mercado tarareando una música mía. Una vez venía bastante enojado con todos estos inconvenientes que tiene la vida, y un changuito pasó en bicicleta, silbando la Zamba del pañuelo. Entonces lo paro y le pregunto qué es lo que silba: -No sé; me gusta y por eso lo silbo-, me contestó. Ya ves, ésa es la función social de la música".

En los cuarenta, cuanto tenía algo más de 25 años, trenzó una amistad entrañable con el poeta Manuel J. Castilla, el hijo del jefe de la estación de Cerrillos, a quien en una de sus obras mayores le diría: "Padre, ya no hay nadie en la boletería". Al Cuchi, muchas veces con letra de Castilla, le debe la música argentina y universal, zambas, chacareras, carnavalitos, vidalas inolvidables en las que habitan el amor, la tragedia, la miseria, el sarcasmo, la ternura.

Era un enamorado de la baguala ("Toda gran zamba encierra una baguala dormida: la baguala es un centro musical geopolítico de mi obra") pero también de Bach, Mahler, Ravel, Stravinsky, Schönberg y sobre todo de Beethoven, al que definió con sabiduría como "definitivo". Pero no se quedó ahí, también admiró a otro genio argentino, Enrique Villegas, y a Chico Buarque, Milton Nascimento, Vinicius ("Las corrientes de música popular americana más importantes están en Brasil") y Ellington. Capaz de organizar en Salta primero y en Tucumán más tarde conciertos de campanarios (literalmente, pues el sonido lo proveían los bronces de las iglesias), es cierto que Leguizamón saltó sobre el pentagrama y pulsó cuerdas, digitó teclados, sopló en maderas, cobres y cuernos, como se escribió alguna vez, a pura oreja. La prueba es que intentó también un concierto de locomotoras, fascinado por "ese instrumento musical maravilloso que tiene fácilmente dieciocho escapes de gas que son sonidos y un pito con el cual se pueden hacer maravillas, por no contar su misma marcha". Al principio -hasta hizo fundir una quena para agregarla a la máquina-, los ferroviarios lo miraban como a un bicho raro. Después se entusiasmaron. Los maquinistas lo saludaban con el saludo sonoro de la locomotora, que además le enseñaron a plasmar.

En tiempos de Arturo Illia, Gustavo Leguizamón fue diputado provincial extrapartidario y en tiempos del gobernador peronista de Salta Roberto Romero, asesor cultural de la provincia. Fue entonces cuando embistió con mayor fiereza contra una burocracia sorda que impedía importar pianos y protagonizó en la Legislatura debates memorables para propender al descongelamiento cerebral.

Capaz de respetar a Churchill tanto cuanto despreciaba a Thatcher, Malvinas fue para él una herida abierta pero no ciega, porque supo adjudicar responsabilidades cuando se preguntó por qué fuimos y no peleamos. Impensable en Buenos Aires, Leguizamón- que mascaba hojas de coca, y defendía la costumbre- fue parte del paisaje de Salta, a la que amó profundamente, desde los olores de sus yuyos secos hasta el aire que viene de la quebrada escondida por la cual Belgrano sorprendió a los españoles.
Se casó con Ema Palermo, teniendo cuatro hijos de ella: Juan Martín(1961), José María(1963) Delfín Galo(1965) y Luis Gonzalo(1967).

Es autor de las zambas más famosas y que representan a la cultura musical de Salta., la música popular ; además de haber compuesto obras populares es un compositor que ha contribuido con su talento y su expresión al acervo cultural salteño. Sus obras son características por su armonía y ritmo por su riqueza melódica, su temática musical. Escribió entre otras : Zamba del Pañuelo, del Mar, La Panza Verde con Jaime Dávalos, Chacarera del Expediente, Carnavalito del Duende, Zamba del Argamonte (Castilla), Bajo el azote del sol (Nella Castro). Su musicalidad y asonancia fue única y componía algunas de sus obras a la medida de la interpretación del Dúo Salteño con quien mejor acuñó las disonancias que emergían como duendes traviesos de las melodías. Su simpatía y espontaneidad (ocurrencias) brotaban a borbotones en la cotidianeidad Salteña.


Ganó numerosos premios por su labor artística : Premio SADAIC, Premio Fondo Nacional de la Artes. Compuso una obra que Virtu Maragno la estrenara con la Orq. Sinfónica de Santa Fe, es su Preludio y Jadeo, compuso la música para la película La Redada.

Una de sus últimas fotos

Pero Leguizamón poco a poco se fue apagando, perdiendo primero la memoria- olvidó hasta cómo tocar el piano- luego la razón y finalmente la vida. Murió en Salta, la ciudad que le había visto nacer y pasar en ella toda su existencia, a las cuatro y media de la tarde de un 27 de Septiembre del 2000, dos días antes de que pudiera cumplir los 83 años de edad.



QUE MALA SUERTE de Eladia Blázquez


 QUE MALA SUERTE

- cueca -
Letra y Música: Eladia Blázquez

¡Qué mala suerte tengo!
¡Poca fortuna!
Tu amor se vuelve
espina de tuna, espina de tuna

¡Qué mala suerte digo,
con tus amores!
No quiero espinas
quiero las flores, quiero las flores

¡Ay de mí! Siempre así
muriéndome por verte
pero es que tengo para quererte,
vidita, muy mala suerte.

¡Qué mala suerte tengo!
¡Sigo tu huella!
Voy caminando
tras de una estrella, tras de una estrella

¡Qué mala suerte digo
loca esperanza!
Si las estrellas
nunca se alcanzan, nunca se alcanzan.

¡Ay de mí! Siempre así
muriéndome por verte
pero es que tengo para quererte,
vidita, muy mala suerte.
---

Registrada el 23/09/1965
Editorial Lagos

Eladia Blazquez   Eladia Blázquez


Cantante y compositora. Nació en 1931. Sus composiciones tratan sobre la melancolía y la esperanza, la vida cotidiana, y la expresión del dolor y la frustración en la Buenos Aires de hoy. Cuando tenía ocho años empezó a trabajar en Radio Argentina. También tocaba el piano y la guitarra. A los once años escribió un bolero, extraordinario para una niña de su edad, llamado "Amor imposible". En 1957 publicó su primera canción melódica, "Humo y alcohol", que no sería interpretada por ella, sino por otra cantante. Sus boleros "Novelera" y "Tu mentira" fueron popularizados por Roberto Yanés. Su versatilidad como compositora se demuestra a través de su obra: compuso canciones folklóricas y boleros y, a partir de 1968, se dedicó al tango en forma exclusiva. En 1971 se presentó en Caño 14 junto a Stamponi, Marconi y Murtaugh. Su primer álbum incluyó los tangos: “Sin piel”, “Sueño de barrilete”, “María de nadie”, “Qué buena fe”, “Amor sin aventura”, “Domingos de Buenos Aires”, “Contame una historia”, “Mi ciudad y mi gente”, “Desnuda la ciudad”, “Retazos”, “Humano” y “Cerrame la ventana”. Falleció el 31 de agosto de 2005 por una enfermedad oncológica.

Visitá http://eladiablazquez.blogspot.com.ar/ y enterate de todo lo que hay que saber sobre esta genial mujer