viernes, 6 de julio de 2012

LA TRISTECITA de Ariel Ramirez y María Elena Spiro

UN VIDEO DE ROSAS IGLESIAS






LA TRISTECITA

Sangre en el ceibal
que se vuelve flor
yo no sé por qué
hoy me hiere más
tu señal de amor.

Zamba quiero oír
al atardecer
capullo de luz
que quiere ser sol
y no puede ser.

Ay, tristecita,
tristecita igual
que llovizna azul
murmurándole al cañaveral.

El viento la trae
se la lleva el sol
sueño en el trigal
y sobre el sauzal
lamento de amor.

Ya Siento llegar
del cerro su voz
pañuelo ha de ser
y lo he de prender
sobre el corazón.

Ay, tristecita,
tristecita igual
que llovizna azul
murmurándole al cañaveral.



Comentario de Cucho Marquez:


Desde 1943 el maestro santafesino Ariel Ramírez vive dedicado a su carrera artística de compositor y pianista. En 1950 llegó con su música a Europa, recorriendo desde Italia, Austria, Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido, Francia y España.

No fue un camino de rosas, como el mismo nos cuenta:

"Mi vida transcurrió en una digna pobreza, habitando sucesivamente en hoteluchos, colegios religiosos, conventos, hospitales, casas de amigos y Universidades".

Años antes había compuesto esta zamba de la que nos cuenta su autor:

"Recuerdo LA TRISTECITA, primera zamba que compuse allá por 1945 en Tucumán. Yo era un necesitado, no tenía ni cinco. Había decidido conocer el resto del país, porque necesitaba acercarme a todo ese universo musical que desde mi natal Santa Fe no se podía aprender. Por entonces vivía, invitado por la familia Mothe, en una casona que está a las afueras de Simoca, era una construcción bellísima, rodeada de jardines, en medio de los cañaverales... Me gustaba caminar por allí sólo pensando... de pronto, oí que me llamaban, eran las cinco de la tarde y, como buenos descendientes de franceses, tenían el hábito de tomar el té, siempre a esa hora. La mesa estaba tendida, pero aún no había nadie; era costumbre esperar para disfrutar de la compañía. Y entonces fuí directamente al piano, me senté y toqué por primera vez una zamba completa, como si la hubiese sabido por años. La dueña de casa que estaba escuchándome comento

-¡QUE ZAMBA TAN TRISTECITA! ¿COMO SE LLAMA?. -
LA TRISTECITA, le respondí y durante ese día creo haberla repetido unas doscientas veces. Tal era mi entusiasmo y asombro... Mi primera esposa, María Elena Espiro, le puso luego una hermosa letra que comienza con una logra metáfora".

Y no seré yo quien agregue una palabra más a lo dicho por el Maestro del Folklore y que gentilmente me trasmite su actual esposa, Inés.




2 comentarios:

  1. O teu espaço é belíssimo querida Poeta Silvia!
    Agradeço tua companhia em 2012, enriqueceu e tornou os dias especiais.
    Boas Festas e que o Natal e todo Ano Novo sejam plenos de bênçãos Divinas!
    Muita Saúde , Paz e Amor!
    http://marlifrancofotos.blogspot.com.br/
    http://marlifranco.blogspot.com.br/
    bjs de violetas
    Marli Franco

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  2. Marli,conocí en ti a una persona delicada, a una mujer dulce e inteligente, que lo demuestra en cada poesía y en cada gesto hacia los demás.Para mi es un placer ese descubrimiento y te deseo un camino sembrado de luz y poesía.- Un abrazo enorme y que te acompañe siempre la Paz y el Amor

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